viernes, 14 de junio de 2013

CAPITULO 1.10: LOS HEROES

  

 

La quietud de la noche inviernal de enero de 1943 es interrumpida por dos autos negros que se acercan sigilosamente, con las luces apagadas, hacia la parte trasera del edificio de la escuela de Física de la Universidad de Copenhague. Es pleno toque de queda impuesto por los nazis en la ciudad. Cuatro hombres se bajan de cada auto, armados con ametralladoras Sten. Corren rápidamente por los pasillos de la escuela rumbo a la biblioteca.
 

En el recinto un enorme mueble de roble y talla medieval, repleto de viejos libros y recostado de la pared, debe ser movido por todos los hombres, para poderlo hacer rápidamente. El mueble cubre la entrada de un cuarto secreto donde se ocultan Christian Böhr y dos de sus asistentes.

-Jörgen ¿Quiénes son estos hombres? ¿Por qué andas armado hijo?- Pregunta Böhr a uno de sus alumnos.

-Son británicos señor, vinimos a rescatarlo, yo pertenezco a la resistencia junto a otros estudiantes-

-Doctor Christian, mi nombre es Brian Hamilton, SIS, no hay tiempo que perder, ¡tenemos que irnos!

Poco tiempo después de la llegada de los misteriosos hombres, dos vehículos mercedes de la Gestapo y un camión con tropas de las SS se estaciona al frente del edificio y rápidamente derriban la puerta principal para tomar el edificio.

El grupo de rescate junto con los científicos se desplaza por el corredor rumbo a la salida trasera cuando se oye un grito.

¡HÄLT!

Los rebeldes que cuidan el pasillo son los primeros en abrir fuego.
Parte del grupo junto con los rescatados logra subir a los vehículos y partir. Pero el capitán de la Gestapo avisa a dos Seitenwagen (sidecars) para que sigan a los fugitivos.

Se inicia la persecución por la vía hacia el norte. Los nazis de los sidecars abren fuego para detener a los fugitivos y estos responden.
Brian saca de su mochila una granada, logra asomarse por la ventana, retira la espoleta, mide el tiempo en función de la velocidad que llevan y la lanza a la vía. Uno de los sidecars explota y se aparta de la vía chocando contra otro vehículo estacionado.

El otro sidecar continúa la persecución. El hombre del habitáculo no para de disparar. Uno de los vehículos es alcanzado por las balas de la MG42 matando a todos los ocupantes. El vehículo se vuelca en una de las esquinas y se incendia.
Afortunadamente Brian y Böhr no iban en él, pero Bhr perdió a uno de sus asistentes. Brian intenta lanzar otra granada pero en una acción evasiva del conductor, la pierde y explota. Aunque el sidecar no sale de combate se retrasa por los autos incendiados en la vía.
Esta oportunidad la aprovecha el conductor para esconderse en un callejón. El sidecar pasa de largo. El grupo de rescate retoma la vía, esta vez el sidecar está al frente. Brian y uno de sus colegas abren fuego contra los nazis y los eliminan.
-¡Tenemos que cambiar de auto!- Advierte Brian.
En una camioneta de repartos y ocultos bajo un montón de cajas y paja llega Böhr y su asistente sobreviviente a un muelle en Nivå Strandpark. Allí Brian los escolta hasta una embarcación que los llevará hasta Helsingborg en Suecia. Una semana más tarde y a bordo de un submarino británico Brian y Böhr llegan a Londres. Böhr se incorporaría luego al Proyecto Manhattan y Brian volvería a Europa hasta terminar la guerra.
En 1950, Brian de 30 años de edad pide ser trasladado a un destino “tranquilo”. Diez años haciendo misiones tras la línea enemiga están afectando su salud. El General Wilson, jefe del, ahora, MI6 lo envía como gerente de proyectos en la Royal Dutch Shell en Maracaibo. En esa ciudad Brian conocerá a Trina una bella maracucha del barrio el Milagro, con quien se casaría y tendrían a Jaime.
En los momentos cruciales de su vida, Jaime recordará aquella tarde de 1970, cuando hurgando en el maletero de la casa, en busca de un libro sobre Roma, consiguió la Medalla Militar de su padre, la mayor condecoración otorgada por la realeza a sus héroes. Esa tarde su padre le reveló su pasado y sus aventuras. Desde entonces, Brian le enseñaría a Jaime las artes de los agentes secretos de la inteligencia británica.
-¡CORRAN POR SUS VIDAS MIJMAAASSSS, NOJ VANA MATAR A TODOS MIIIISMOOO!-
-¿Qué pasa señor? ¡Hey deténgase!- Jaime trata de evitar que sigan muriendo los soldados de su escuadrón mientras “Tribilín” huye despavorido hacia el calvario.
Un vehículo UR-416 de la Guardia Nacional armado con una ametralladora Browning M2 calibre .50 arremete contra los golpistas que la noche del 4 de febrero de 1992 decidieron derrocar el gobierno del Gocho. 


Ojitos Lindos trata de repeler el fuego infructuosamente mientras sus hombres son destrozados por las balas y otros heridos y presas del pánico yacen en el suelo llorando y gritando.

Jaime logra divisar la sombra de un AT4 y grita de inmediato a Junodado “¡CUBREME!”.

-Este si es arrech&&=, ¿Con qué te cubro, con la cabeza del g!”$#$%&o? ¡Se me terminan las balas, la gente, y la mier#”!- Ojitos Lindos sale de nuevo al descubierto y continúa disparando. A duras penas logra herir al asistente del artillero. Esa fracción de segundo la aprovecha Jaime que repta y se revuelca tomando el lanzacohetes. El artillero retoma el control de arma y continúa matando a los golpistas. Jaime dispara el AT4 y destruye la tanqueta.

Del vehículo salen huyendo varios guardias convertidos en antorchas humanas, pero aún con ánimo de seguir combatiendo. Jaime se deshace de la carcasa del lanzacohetes y saca la vieja pistola Walter PPK 9mm, herencia de su padre, y entabla un combate desigual con los Fales de los Guardias. Un disparo en la cabeza de cada uno de los cinco Guardias, incluyendo al artillero de la tanqueta que hace un amago de seguir castigando a los paracaidistas sublevados.


-Jaime corre hacia uno de sus soldados.
-¡Vamos tenemos que irnos!-
-Noooo, noo, mi hijo, no Jaime, busca mi hijo, en Catia, en la Laguna, Moraima, perdóname, quiero ver a mi niño….- clama el soldado de apellido Moreno entre el dolor y las lágrimas. Las balas del .50 le han destrozado ambas piernas. La sangre sale a chorros mientras su espíritu se apaga…
-¡Ja! Rodriguito valeeee. Este mam/)(&%#o me tenía la vida triste en la academia- Exclama Ojitos Lindos. Lleno de rabia patea y dispara al cadáver de uno de los ocupantes del UR, queriendo “volverlo a matar”.
-Señor hay que recoger a los heridos y poner a los otros a salvo, Moreno acaba de morir-
-¡Bah! Ese negro estúpido se dejó matar. ¡Todos son unos cobardes!- Replica Ojitos Lindos.
-Si no fuera por el AT4 que se trajo estaríamos muertos hombre, no sea injusto. ¡Vamos mariquitas, dejen la lloradera y corran hacia el barrio!-

Poco a poco los soldados heridos se incorporan y se llevan del brazo unos a otros. Ojitos Lindos y Jaime cubren la retaguardia pero de pronto los Caprice Classic amarillos de la Disip aparecen. Casi cincuenta hombres de la unidad táctica se bajan de los vehículos y ordenan la rendición de los maltrechos y casi desarmados golpistas.


Estando en el cuarto de interrogatorios el comisario López “Robocop” interroga a Jaime.

-A ver “Mr Bean”, cuéntame de tus amiguitos…-
-Hay mucho que contar, pero tengo el presentimiento que con la derrota este cuento no se ha terminado. Los cubanos están metidos de cabeza en todo esto, pero lo que me preocupó más fueron los  palestinos, libios, incluso iraníes, están en esto Robocop- Responde Jaime.
-¿Qué harás? Tú solo no podrás si la cosa es tan grande. El Genral Carrao debe saber-
-Puedes decirle, pero no comprometas mi identidad. Debo seguir con ellos hasta el final. Voy a destruir sus planes. Así que si me vas a “interrogar” trata que se vea creíble sin fracturarme la cara.
-Esta gente se va a hacer con el poder si los políticos siguen como van. No sé si escuchaste a Cardera. No dudes en pedir ayuda, mientras estaré monitoreándote desde aquí, mientras pueda. Prepárate que ahí te va el primero.- Finaliza Robocop antes de darle a Jaime el primer derechazo.
Son los disturbios estudiantiles de 2007. Todas las universidades del país están sublevadas contra la dictadura del Comandante Panelo y su referéndum de Reforma Constitucional, que acabará de una vez por todas con las instituciones de la “Democracia Burguesa”.


Las hordas del colectivo van veloces por la Avenida Urdaneta escoltando un piquete de la Guardia Nacional y una Ballena último modelo. Un grupo de estudiantes ha decidido trancar la Avenida Libertador.


De pronto diez motorizados de la vanguardia que iban a toda velocidad caen al suelo casi al mismo tiempo. Luego otro par cae. El grupo se detiene. Se trata de un alambre delgado y fuerte, colocado entre dos postes opuestos de la vía y a la altura del motorista, hace que todo el que pase por allí caiga incluso a riesgo de ser destajado.

No hay tiempo que perder. Desde el 11 de abril, cualquier pequeño foco de disturbio es una amenaza contra el régimen. Así que la ballena decide meterse por una calle alterna. En esa calle sería esperada por Jorge y por Lucas que desafiantes le arrojan piedras y le gritan groserías de alto tenor.

La ballena emprende la embestida. Dos niños estúpidos no los van a detener. Cuando la ballena a escasos 20 metros el vehículo se vuelca. Los huecos en las calles de caracas son una cosa impresionante y la desidia con la que son atendidos es tal, que llegan a crecer del tamaño justo para colocar en su interior una trampa con un cilindro neumático auto contenido.
Una vez que el enorme vehículo blindando está volcado en la calle, Piero se acerca rápidamente con un dispositivo cilíndrico que se adhiere a la ballena a la altura del tanque de combustible. El cilindro comienza a chorrear un líquido que va corroyendo el blindaje de la “Barriga” de la ballena y la cantidad de calor generado provoca el incendio del combustible.
Los ocupantes de la Ballena comienzan a escapar ahogados por los vapores de la combustión y del químico. Jorge celebra pegando brincos y haciendo extraños bailes en honor al éxito de su plan. De pronto una extraña fuerza lo echa al piso.
En el suelo Jorge está muerto de la risa mientras sus tres amigos lo rodean y observan con caras de pánico.
-Muchachos, ¿Qué no ven?, ¡hemos destruido una ballena, enorme jajajajajaaa!, ayúdenme a parar ¿sí?
Los amigos de Jorge lo levantan sin abandonar sus caras de pánico. Jorge sigue fanfarroneando hasta que se ve reflejado en la puerta de vidrio de un banco.

-Hey, ¿Qué le paso a mi franela del Real Madrid?- Jorge luego mira su franela más de cerca. Está bañado en sangre. Su pecho fue destrozado por un disparo de escopeta de perdigones.
-¡Muchachos voy a morir!- Jorge se desploma en el suelo de nuevo, pero esta vez inconsciente.
Jorge se vuelve a despertar. Sus amigos Romeo y Piero van al frente, lo llevan cargado en una improvisada camilla hecha con palos y chaquetas. Lucas lo lleva por los pies.
-Tranquilo Jorge ya casi llegamos al Hospital Vargas- le dice Romeo.

-Oye éste pesa como un cochino- se queja Lucas.
-Hermanitos voy a morir, voy a morir…- Soyoza Jorge.
-Vamos hombre, pórtate como todo un macho metalero que eres no como un Emo maricón- responde Piero.

-Piero si muero te dejo mis discos de vinil autografiados de Metallica y Alice Cooper. No los vayas a vender para comprarte un carro nuevo por favor. Justicia para todos menos que menos, está firmado por el vocalista. Y tú Romeo, te puedes quedar con todos mis CDS originales, te gusta la música, te va a encantar.

-Hey ¿a mí no me piensas dejar nada?- Lucas protesta.
-Hombre pero es que a ti no te gusta el Rock, tú eres un mono salsero, reggetonero, merenguero
-Voy a soltar la camilla para que este par te lleve a rastras
-Ta bien, te dejo mis figuras de Dragon Ball.

-¡Hombre me vas a dejar es cag”!%& a mí ni siquiera me gusta Dragon ball. ¿Qué tal si me dejas las de Evangelion?
-¡No! ¡Quiero que me entierren con mis figuras de Evangelion!
-Lucas deja de discutir. Si se muere hablamos con la mamá para que te las dé- Romeo finaliza la disputa.
Los tres amigos y el herido llegan a la emergencia del Hospital Vargas. Por fortuna la doctora Patricia los recibe y atiende a Jorge junto a sus dos enfermeras, Margarita y Greydi (la cubana).
Luego de tres horas de intervención Jorge pasa a una habitación donde compartida con seis enfermos. Lucas permanece dormitado al lado de su cama. Un sonido lo despierta. Es la doctora Patricia.
Lucas no pierde la oportunidad de observar con detenimiento a Patricia. La chica rubia, cabello largo, rellenita de estatura mediana, logra flechar el corazón del “Perro Fino”. Patricia voltea y cruza miradas con Lucas. Lucas en cinco segundos se hace varias historias de amor y sexo con su doctora gordita, al sonido de la música de Barry White.

-¡Hey! Tu amigo está bien pero hay que levantarlo, el SIBOL está revisando todo el hospital buscando a los golpistas, asesinos, fascistas que destruyeron una ballena levantándola con sus propias manos y escupiendo fuego por sus traseros.

-¡Quejeso!- responde Lucas sonriente.

-Pues si amiguito, todos hablan de los 4 fantásticos. Ni mundovisión ha podido transmitir el hecho debido a la censura, pero mira tienen un video en Youtube… Por cierto, tuve que desechar la franela del Real Madrid de tu amigo. Los Barsas y el Colectivo los están buscando para matarlos también.

Entre los dos levantan a Jorge aturdido por los anestésicos. Romeo y Piero esperan afuera de la habitación y ayudan a Jorge a salir por una puerta secreta guiados por Patricia. Llegan al área psiquiátrica, a los consultorios y allí hay una puerta que da a la calle.

Patricia abre la puerta y está una van negra afuera con el portón abierto y a un lado dos hombres armados con pistolas con silenciador.
El grupo voltea en amague de escape pero Patricia también está armada y los conmina a entrar en la van.

Dentro de la Van uno de los hombres les coloca esposas de tie-wrap y una funda negra para que no vean donde van.

-Muchachos gracias por, intentar salvarme- dice Jorge con voz triste a sus amigos.

-Tranquilo Jorge, fue el mejor día de estos años. Nuestros inventos funcionaron- responde Romeo.
-Un placer haberlos conocido muchachos- Responde Lucas.

-Dejen la mariquera y tratemos de escapar- murmura Piero.

Luego de diez minutos los cautivos llegan a su destino final. En fila y sin liberarlos de sus ataduras son conducidos  hasta que son puestos contra un paredón. Patricia les quita las fundas y una voz de mujer madura les da la bienvenida.

-¿BIENVENIDOS?... este es nuestro taller, y ninguno de ustedes es bienvenido.- protesta Jorge.
-Mi nombre es Liberty Estatue y los estoy evaluando para reclutarlos-
-¡La recluta! ¿Y eso no lo habían eliminado?- Dice Lucas inquieto.

-¿Quiénes son ustedes?- Pregunta Romeo.

-Ustedes me llamarán en adelante Augusto César, comandante de “La Hermandad”- Responde uno de los dos hombres misteriosos de la Van, el más viejo.

-¿Qué mier&%$ es “La Hermandad”, vea yo no sólo soy ingeniero civil, estoy estudiando derecho, y tenemos nuestros derechos, y si es una suerte de policía ¡nos los está violando!- Responde Jorge.

De pronto Jorge es golpeado con el tobo de la basura por el otro pistolero.
-No soy policía. Quiero derrocar a este régimen tanto como ustedes- Responde Augusto César mientras observa un plano pegado de la pared con cinta adhesiva.

-¿Eres de la CIA o del Mossad, del MI6 o que eres?- Pregunta Romeo.

-Debería decir que soy del MI6, porque el régimen solo nombra a la CIA y al MOSSAD. Pero al MI6 nadie lo nombra. Soy un militar patriota e institucional de la República de Venezuela- Responde Romeo.

En seguida los cuatro “terroristas” estallan en carcajadas. Jorge se ríe entre quejas por sus heridas.
-¿Y eso existe? ¡Ajajajajaja!- se burla Piero.

El misterioso hombre del tobo, en una maroma propia de los tres chiflados golpea a los cuatro prisioneros con el tobo de una pasada.

-¿Qué no habían acabado con todos ustedes en plaza Altamira y el 11 de Abril?- pregunta Romeo.

-Hay soldados en el ejército, marineros en la marina, pilotos en la aviación. Pero en inteligencia… No se sabe que hay, porque puede ser o parecer cualquiera. Por eso es muy difícil acabar con nosotros. ¿Qué es esto que estoy viendo? ¿Un avión?- pregunta Augusto César.

-Es un UAV, yo lo diseñé y los muchachos lo tienen a medio construir por allá. Pensamos derribar el avión pre…


-¡HEY! No se la pongas fácil para saber nuestros planes, tiene que por lo menos torturarnos- Protesta Jorge y el hombre del tobo lo vuelve a golpear.

-Creen que esto va a terminar si matan a Panelo... ¡JA! ¿Y después qué? ¿Cuál es el plan? ¿Les darán una medalla?... Lo endiosarán y no podremos salir de esta gente, ni de los que están detrás de ellos. ¿Y todo este perolero lo sacan de la Universidad?

-No. La Universidad no tiene presupuesto y nuestros profesores nos dan clase por puro amor a la docencia, porque el sueldo es casi un chiste. Seríamos unos criminales si robáramos a nuestra universidad. En cambio el PUSF y sus miembros… esos si tienen mucho… “Presupuesto”. Y nosotros nos ocupamos de darle buen uso hakeandolo. “Ladrón que Roba a Ladrón…”- Explica Jorge.

-¡OYE YA te está quebrando la tortura del tobito! ¿NO?- se burla Lucas y junto con Piero estallan a carcajadas.
Lucas no quita los ojos de Patricia quién lo apunta con su pistola Walter P99 con silenciador. En ese intercambio de miradas Lucas incluso se atreve a lanzarle un beso. El color blanco de la piel de Patricia delata su debilidad por el moreno de la camiseta azul, y sonríe ligeramente.
-¡HEY! Tú el de la camiseta azul… Deja la buceadera- Exclama Augusto César. Acto seguido el matón lo golpea con el tobo.

Romeo que está parado a su lado murmura:

-Deja la verga con la carajita esa, ¡controla el queso! Nos van a matar por tu culpa.

-Tranquilo men, la estaba seduciendo a ver si nos ayuda a escapar ya casi está lista.

-Pues enséñale el salchichón a ver si se anima a matar al del tobito que me tiene arr%&/!- murmura Piero.

-¿Creyeron que iban a destruir una Ballena e iban a pasar desapercibidos? Me enviaron para eliminarlos. Pero nosotros les proponemos unirse a nuestro grupo. Superaron nuestras expectativas, serán entrenados y haremos misiones de envergadura. Vaciaremos sus cuentas, sabotearemos sus operaciones sucias, armaremos una red de comunicación subterránea.

-Y si no, nos matarás- dice Romeo.

-No, quedarán a merced de criminales como el Colectivo por ejemplo. Solo nosotros podemos hacer que ellos se ocupen de otras cosas. Como verán no hablo en singular, somos muchos pero nos falta gente como ustedes, debo aceptarlo. No es Panelo, es todo un sistema corrupto y alienante. Aún si Panelo dejara de existir vendrán otros aún peores que él. Hay que destruirlos desde adentro. La mayoría de los que son como ustedes han huido del país con sus familias, y los que quedan están atomizados, con miedo. Ustedes en cambio, tienen iniciativa, están dando la lucha aquí. Tenemos que unirnos, los necesitamos.- Augusto César guarda su arma. Patricia y Liberty guardan sus armas y el guardaespaldas suelta el tobo.

-Nadie les va a agradecer por llevar de nuevo a Venezuela hacia la libertad porque trabajarán en secreto, pero vivirán con la conciencia de haber impedido que el mal truncara para siempre el destino de su nación. Entonces, ¿qué deciden?

Los cuatro conversan y Jorge toma la palabra:

-Nos has dado un susto de pu%$ madre, tenemos que poner a prueba esta sociedad. Porque nosotros cuatro nos conocemos desde niños y ustedes son desconocidos, armados.

-Nuestro lugar de encuentro será Twitter, bienvenidos a la hermandad.
Dos días más tarde Lucas regresa de pasear a su perro NERÓN… un Yorkshire Toy macho. En la puerta de su edificio se encuentra a Patricia.


-¡QUE BELLO TU PERRITO!
-¡Cuidado, es un perro loco y asesino!
Nerón ladra un par de veces a Patricia y salta a sus brazos dándole lamidas en las mejillas.
-¡Uy! Más tierno y me muero.
-Este perro…
-Vine a ver a Jorge. Está mejorando bastante. Y les traje su primera misión. Es sobre Pudreval.
-Claro. El tipo de la otra noche y la hermandad y todo aquello.
-Disculpa a mi padre, él se pone intenso y teatral.
-¿Ese loquito es tu papá?
-SI y lo adoro, así que más respeto. Papá tiene razón, les falta disciplina y orden. Por cierto ¿esas muecas eran para seducirme y que los ayudara a escapar?
-Casi resulta- responde Lucas sonriente.
-Casi. De todas formas mi arma estaba descargada.
-¿Podemos salir un día de estos? Ya lo estamos haciendo, tu perro es demasiado bello.

No se pierdan el CAPÍTULO 11:  LA PARTIDA DE NACIMIENTO





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